INTRODUCCIÓN
Continuando en la misma línea que vengo siguiendo desde el comienzo de mis publicaciones, doy paso al tercer género cinematográfico que considero imprescindible en este arte (a pesar de que, como los mencionados anteriormente, no suelen tener una buena acogida por parte del público juvenil). Se trata de los musicales.
En mis inicios en el cine, no sentía gran aprecio por aquellas películas en las que la acción se detiene o se sustituyen los diálogos por bailes y canciones. Ahora pienso en esos momentos y es posible que, más que desagradarme, no era capaz de comprender el significado de aquellas escenas musicales, confundiéndome y perdiendo el interés del hilo argumental. Sin embargo, tras años de negarme a ver filmes pertenecientes al género, decidí, más por simple cultura general que por placer, ver algunos de los grandes clásicos y, para mi sorpresa, quedé fascinada por la facilidad con la que se transmitían los sentimientos y emociones a través de la música, convirtiéndome en una ferviente admiradora.
Estas obras consiguen transmitir el interior de cada actor y actriz por medios diferentes a las palabras, medios que complementan el lenguaje, al que dan apoyo las notas, imágenes y sincronización de movimientos, creando de forma más completa el propio mundo interior del personaje.
Como a mí me sucedía, a muchas personas los musicales les resultarán “meteduras de pata” dentro del cine; por ello, y para tratar de evitar que obras maestras y grandes artistas se pierdan en el olvido de generaciones venideras, me decido a escribir sobre un musical con el que uno de los grandes del género (Gene Kelly) dio el salto al estrellato: Cantando bajo la lluvia.
Al igual que en el anterior trabajo, voy a exponer este musical como representante del género, tratando de analizarlo con los recursos disponibles.
BREVE INFORMACIÓN: FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: Singin’ in the rain.
AÑO: 1952.
DURACIÓN: 102 min.
PAÍS:
DIRECTOR: Stanley Donen, Gene Kelly.
GUIÓN: Betty Comden, Adolph Green.
MÚSICA: Nacio Herb Brown, Arthur Freed.
FOTOGRAFÍA: Harold Rosson & John Alton.
REPARTO: Gene Kelly, Donald O'Connor, Debbie Reynolds, Jean Hagen, Millard Mitchell, Cyd Charisse, Rita Moreno, Douglas Fowley.
PRODUCTORA MGM: Productor: Arthur Freed.
GÉNERO: Musical.
SINOPSIS Y CRÍTICA: Antes de conocer a la aspirante a actriz Kathy Seldon (Debbie Reynolds), el ídolo del cine mudo Don Lockwood (Gene Kelly) pensaba que lo tenía todo: fama, fortuna y éxito. Pero, tras conocerla, se da cuenta de que ella es lo que realmente faltaba en su vida. Con el nacimiento del cine sonoro, Don quiere filmar los musicales con Kathy, pero entre ambos se interpone la reina del cine mudo Lina Lamont (Jean Hagen). (FILMAFFINITY)
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¿El mejor musical del cine? Puede. En cualquier caso, "Singin' in the Rain" tiene algunos de los bailes más maravillosos y cinematográficos de la historia del séptimo arte; Gene Kelly canta enamorado bajo la lluvia... y el mundo se detiene. Genial y vitalista, una imperecedera obra maestra. (Pablo Kurt: FILMAFFINITY)
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"Simplemente perfecta. Lo más admirable es que su acumulación de números musicales (que aislados son magistrales) resulte una unidad coherente y fluida (...) Una obra maestra" (Francisco Marinero: Diario El Mundo)
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ANÁLISIS DE “CANTANDO BAJO LA LLUVIA”.
MUSICAL.
El género musical se caracteriza por las numerosas interrupciones en su desarrollo para dar un breve receso por medio de un fragmento musical cantado o acompañado de una coreografía. Con esta directriz, uno de los temas más adecuados para su creación es el amor, ya que la alegría es predominante en este sentimiento y constituye una base que abre un amplio repertorio de ideas.
Basada en “melodías de Brodway”, esta película está ambientada en Hollywood, donde una pareja del cine mudo (Gene Kelly y Jean Hagen) que ha alcanzado lo más alto, se embarca en una producción novedosa: el cine sonoro, que está triunfando entre el público. Sin embargo, se plantea un grave problema: la componente femenina de la famosa pareja tiene una voz tan desagradable al oído, que la hace imposible para hablar en pantalla. Aquí se muestra, desde el principio del largometraje, el homenaje a la revolución cinematográfica que se produjo en los años 20 y que se convirtió, en un momento de dudas, decisiones y arriesgados cambios, en la habitual forma de trabajo, sometiendo a los pertenecientes de ese mundillo a grandes presiones.
Con este problema rondado su cabeza, Don Lockwood (Gene Kelly) conoce a la actriz de teatro Kathy Selden (Debbie Reynolds), la cual desprestigia su trabajo como actor y sume a nuestro ídolo de masas en una crisis personal. A pesar de ello, Lockwood encuentra la ocasión para ridiculizar el trabajo de la joven actriz, que debe ganarse la vida con trabajos como corista en fiestas, lo que hincha de orgullo a Lockwood e invalida el hiriente comentario de la joven. En medio del caos en el que se encuentran, comienza la historia de amor que, junto con la revolución del cine sonoro, formará la trama principal del filme.
Paralelamente, continúa la grabación de la película de la pareja cinematográfica, aunque el resultado no es lo esperado y la voz estridente de Lina Lamont (Jean Hagen) hace imposible una futura buena acogida por parte del público. De esta forma, se van mostrando, a medida que avanza la película, las dificultades que el cine sonoro supuso detrás de las cámaras y el esfuerzo que se necesita para crear las películas que nos hacen disfrutar, así como los presurosos pasos de la tecnología que hacían sucumbir el viejo cine.
Sin embargo, en contraposición a todas las dificultades, la trama está colmada de numerosos elementos que nos remiten a la alegría de vivir, a tratar de poner buena cara a las condiciones adversas que se nos presenten y superarlas con una sonrisa. Este mensaje tiene su punto culminante en un número protagonizado por Donald O’Connor, en el que anima a nuestro protagonista a reír a base de piruetas y absurdos movimientos que forman un conjunto cómico. Esta alegría no sólo se muestra a través de los personajes, sino también con el vestuario colmado de colores brillantes que contrastan entre sí y que llaman a gritos a nuestro sentido de la vista en los momentos reservados para el baile y la música.
El desarrollo sigue su curso y la solución a los problemas llega de la mano de Lockwood, quien, tras oír cantar a Kathy, propone crear un musical en lugar de una película hablada y salvarla así del ridículo. De nuevo se nos muestra un respeto especial por el género, que se encontraba en un esplendor creciente.
Durante el comienzo de la grabación, los acontecimientos se suceden de tal forma que nuestros protagonistas acaban locamente enamorados y Gene Kelly (Lockwood) lo predica con su espectacular y conocido baile que da título a la película: un baile bajo la lluvia, mostrando al mundo su alegría, fundiéndose con la naturaleza.
Tras una serie de problemas, Kathy queda como dobladora de Lina, que actuará en pantalla, pero no cantará ni hablará; y, recurriendo a su contrato, consigue prohibir al director y demás miembros de la película, desvelar el engaño, hundiendo la posible carrera de la actriz. Una vez más, se ve claro el trasfondo de la creación de una película y los juegos sucios en los que se ve envuelta.
Don, junto con el director y el encargado de la música en el filme, dejan en ridículo a Lamont delante del público, levantando el telón tras el cual se escondía Kathy en una canción ante el público y dando una entrada triunfal a la carrera de la chica. Así y con una final reconciliación por parte de ambos enamorados, termina la película con un final feliz que abunda en las producciones de este género.
Como ya he comentado, en la película hay un abundante uso del color como medio para transmitir las emociones y llegar al espectador de forma más directa, pero, junto con esto, y como es obligado en un musical, la música y el baile cobran un papel fundamental en la obra, que contiene un mayor porcentaje de números musicales de lo frecuente en este género (un 55% frente al 35% habitual). Así destacan los bailes de Gene Kelly haciendo pareja con O’Connor, que mezclando sus dos estilos crean un baile dinámico y repleto de acrobacias.
Siendo un realce de la felicidad, el rodaje de la película estuvo colmado de inconvenientes, como la falta de instrucción de Reynolds, que no era bailarina ni tenía nociones de este arte y acabó sangrando tras uno de los números en los que hacía un trío con sus dos compañeros. Sin embargo, el rodaje continuaba a pesar de cualquier dificultad, y Kelly rodó su famoso baile con fiebre de 40ºC. La felicidad y alegría abundan en el filme, pero tras cualquier obra maestra se encuentran días de trabajo duro y lágrimas derramadas, y los musicales no son una excepción, a pesar de lo que vemos en la pantalla.
CRÍTICA PERSONAL
Si tuviese que elegir el musical que consiguió hacerme sentir la música y la danza como un medio de transmisión, como una forma de conectar, de identificarme con quien trata de expresar su mundo interior, su manera de ver, sentir o pensar, sin duda elegiría Singin’ in the rain. No ya por los grandes actores que la protagonizan, sino por el mensaje de alegría y felicidad ante los problemas y por el gran homenaje a la crisis que sufrió el cine con las nuevas tecnologías.
Es obra de visionado indispensable, rebosante de color, risas y música que invita al baile, a las sonrisas y al amor. También es una forma de ver a grandes bailarines en sus inicios, como Cyd Charisse dando rienda suelta a su sensualidad o a un tierno Gene Kelly rebosante de energía.
En definitiva, una forma de olvidarse de cualquier preocupación y de viajar hasta los revolucionarios años 20, donde el cine más tradicional sucumbía ante las revoluciones tecnológicas.
VÍDEOS
Por último dejo varias de las escenas que más me gustaron cuando la vi, incluyendo el famoso baile de Kelly que da nombre a la película.
Moses Supposes
http://www.youtube.com/watch?v=d5sNLw4Rlvc
Good Morning
http://www.youtube.com/watch?v=Yu6--WBPBHo&NR=1
Singin’ In The Rain
(TRABAJO NO TERMINADO,FALTAN LAS IMAGENES)
1ºBach C.Irene Sanchez Macias. Corregido por Celia Escobar 1ºC